La apnea obstructiva del sueño se produce cuando un niño deja de respirar durante periodos del sueño. Generalmente, la interrupción de la respiración se produce debido a un bloqueo (obstrucción) en las vÃas respiratorias. Es posible que el tamaño de las amÃgdalas y de las adenoides de un niño se incremente excesivamente en relación con el de sus vÃas respiratorias (conductos nasales y bucales a la tráquea y los pulmones). Las glándulas inflamadas e infectadas pueden crecer más de lo normal y ocasionar una obstrucción mayor. Las amÃgdalas y las adenoides agrandadas obstruyen las vÃas respiratorias durante el sueño durante un perÃodo de tiempo. Las amÃgdalas y las adenoides se componen de tejido linfático y se ubican en la parte posterior y en los costados de la garganta.
Durante los episodios de obstrucción, puede parecer que el niño está intentando respirar (su tórax se mueve hacia arriba y hacia abajo), pero no existe un intercambio de aire dentro de los pulmones. Generalmente, estos episodios concluyen durante un perÃodo en el cual el niño se despierta y busca compensar la falta de respiración. Los periodos de obstrucción se producen regularmente durante la noche y generan un patrón de sueño deficiente e interrumpido.
A veces, la falta de circulación de aire y oxÃgeno hacia y desde los pulmones disminuye los niveles de oxÃgeno en la sangre. Si el patrón no se interrumpe, los pulmones y el corazón pueden sufrir un daño permanente.
La apnea obstructiva del sueño se presenta con mayor frecuencia en niños de entre 3 y 6 años. Es más común en los que padecen sÃndrome de Down o trastornos congénitos que afectan las vÃas respiratorias superiores (por ejemplo: trastornos que causan una lengua grande o una mandÃbula pequeña).
En los niños, la causa más común de la apnea obstructiva del sueño es el aumento de tamaño de las amÃgdalas y adenoides en las vÃas respiratorias superiores. Las infecciones pueden producir este aumento de tamaño. Las adenoides de mayor tamaño pueden obstruir completamente los orificios internos de las fosas nasales y dificultar o imposibilitar la respiración nasal.
Existen muchos músculos en la cabeza y en el cuello que ayudan a mantener las vÃas respiratorias abiertas. Cuando una persona (un niño o un adulto) se duerme, el tono muscular tiende a disminuir, lo que permite que los tejidos se plieguen y se acerquen. Si las vÃas se encuentran parcialmente cerradas (por glándulas de mayor tamaño) durante el dÃa, éstas podrÃan cerrarse completamente durante el sueño.
La obesidad es una causa posible de la apnea obstructiva del sueño. Si bien es una causa común en adultos, no lo es tanto en los niños.
Una causa poco frecuente de la apnea obstructiva del sueño en los niños es la presencia de un tumor o un bulto en las vÃas respiratorias. Algunos sÃndromes o defectos congénitos, como por ejemplo el sÃndrome de Down y el sÃndrome de Pierre-Robin también pueden provocar este trastorno.
A continuación se enumeran los sÃntomas más comunes de la apnea obstructiva del sueño. Sin embargo, cada niño puede experimentar los sÃntomas de manera diferente. Los sÃntomas pueden incluir:
ronquidos fuertes y respiración ruidosa durante el sueño.
periodos de falta de respiración. si bien la pared torácica se mueve, no pasa aire ni oxÃgeno a los pulmones a través de la nariz y la boca. La duración de estos periodos es variable y se mide en segundos.
respiración por la boca. Los conductos nasales pueden encontrarse completamente obstruidos por amÃgdalas y adenoides agrandadas. Esto también puede producir voz nasal.
inquietud durante el sueño (despertándose por periodos o no).
irritabilidad y somnolencia excesiva durante el dÃa. Esto se debe a una calidad de sueño deficiente. El niño puede mostrarse somnoliento, con dificultad para despertarse de la siesta o irritable.
hiperactividad durante el dÃa. También puede experimentar problemas en la escuelas u otros problemas sociales y de comportamiento.
Los sÃntomas de la apnea obstructiva del sueño pueden asemejarse a los de otras afecciones o problemas médicos. Siempre debe consultar a su médico para obtener un diagnóstico.
Si advierte que su hijo ronca de manera evidente o respira ruidosamente mientras duerme, consulte con su médico. Es posible que su hijo sea derivado a un médico de oÃdo, nariz y garganta u otorrinolaringólogo (ORL) para una evaluación más exhaustiva.
Además de un examen fÃsico y de la historia clÃnica completa, los procedimientos para el diagnóstico de la apnea obstructiva del sueño pueden incluir:
registro de sueño: un informe de los padres o guardianes.
evaluación de las vÃas respiratorias superiores.
estudio del sueño o polisomnografÃa. es la mejor prueba disponible para diagnosticar la apnea obstructiva del sueño. Este estudio requiere un alto nivel de colaboración por parte del niño y es posible que no pueda realizarse en niños pequeños o de poca colaboración. Existen dos tipos de pruebas. En una, el niño duerme en un laboratorio de sueño especializado. En la otra, el niño es conectado a monitores similares pero duerme en su propia cama. Durante el estudio del sueño, se realizan diversas pruebas a fin de evaluar:
la actividad cerebral,
la actividad eléctrica del corazón,
el contenido de oxÃgeno en la sangre,
el movimiento de las paredes torácica y abdominal,
la actividad muscular, y
la cantidad de aire que pasa por la nariz y la boca.
Durante el estudio del sueño, se registrarán los episodios de apnea e hipopnea:
apnea. obstrucción total de las vÃas respiratorias.
hipopnea: obstrucción parcial de las vÃas respiratorias en conjunto con una disminución significativa en el contenido de oxÃgeno de la sangre.
Según las pruebas de laboratorio, generalmente la apnea del sueño cobra relevancia en los niños si se producen más de diez episodios por noche al menos uno por hora. Algunos expertos la definen como un problema significativo si se produce una combinación de uno o más episodios de apnea o hipopnea por cada hora de sueño.
Los sÃntomas de la apnea obstructiva del sueño pueden asemejarse a los de otras afecciones o problemas médicos. Consulte con el médico de su hijo para obtener más información al respecto.
El tratamiento especÃfico para la apnea obstructiva del sueño será determinado por el médico según lo siguiente:
la edad, el estado general de salud y la historia médica de su hijo;
la causa de la afección;
la tolerancia que su hijo tenga a determinados medicamentos, procedimientos o terapias;
las expectativas de la evolución de la afección; y
su opinión o preferencia.
El tratamiento para la apnea obstructiva del sueño se basa en su causa. Dado que las amÃgdalas y adenoides agrandadas constituyen la causa más común de obstrucción de las vÃas respiratorias en niños, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica de las amÃgdalas (amigdalectomÃa) o de las adenoides (adenoidectomÃa). El otorrinolaringólogo de su hijo analizará con usted las opciones, los riesgos y los beneficios del tratamiento. Esta cirugÃa requiere anestesia general. Según el estado de salud del niño, la cirugÃa puede realizarse en forma ambulatoria.
Cuando la causa del trastorno es la obesidad, se puede utilizar tratamientos menos invasivos, como por ejemplo la pérdida de peso y el uso de una mascarilla especial al dormir para mantener las vÃas respiratorias abiertas. Esta mascarilla proporciona una presión positiva continua de la vÃas respiratorias. El dispositivo en sà suele resultar incómodo y puede le cueste convencer al niño de que lo utilice. Puede que sea necesaria la cirugÃa.
La amigdalectomÃa y la adenoidectomÃa o la amigdaloadenoidectomÃa (AA) son cirugÃas comunes que se realiza en niños en los Estados Unidos. El cirujano de nariz, garganta y oÃdo de su hijo determinará y analizará con usted la necesidad de realizar una de estas cirugÃas. Generalmente estas cirugÃas se realizan en forma ambulatoria. Esto quiere decir que su hijo volverá a su casa el mismo dÃa de la cirugÃa. En algunos casos puede que sea necesaria la permanencia en el hospital durante una noche, según si el niño:
no bebe adecuadamente luego de la cirugÃa,
tiene otras enfermedades o problemas crónicos con convulsiones,
presenta complicaciones posoperatorias, como por ejemplo hemorragias, o
tiene menos de 3 años.
Antes de la cirugÃa, tendrá la oportunidad de conocer a los diferentes miembros del equipo de atención médica que se ocupará de la atención de su hijo. El equipo puede incluir:
enfermeras ambulatorias: enfermeras que preparan a su hijo para la cirugÃa. Las enfermeras de quirófano asisten al médico durante la cirugÃa. Las enfermeras de la sala de recuperación (también denominada unidad de cuidados postanestésicos) atienden a su hijo cuando despierta de la anestesia general.
cirujano: un médico especializado en la cirugÃa de oÃdo, nariz y garganta.
anestesista: un médico con capacitación especializada en anestesia. El anestesista requerirá la historia clÃnica y un examen fÃsico de su hijo para formular un plan de anestesia para su hijo. Analizará dicho plan con usted y responderá todas sus dudas. Esta cirugÃa requiere anestesia general.
Durante la cirugÃa, su hijo se encontrará anestesiado en el quirófano. El cirujano extirpará las amÃgdalas y las adenoides por la boca. No se realizará ninguna incisión en la piel.
En la mayorÃa de los casos, su hijo será llevado a una sala de recuperación luego de la cirugÃa para su cercana supervisión. Una vez que el niño despierte completamente y se encuentre en buenas condiciones, la enfermera de la sala de recuperación volverá a llevarlo al área de cirugÃa ambulatoria.
Si todo salió correctamente, a esta altura usted y su hijo pueden regresar a casa. Si su hijo debe permanecer en el hospital durante una noche, el niño será transferido de la sala de recuperación a su habitación. Generalmente, los padres se encuentran en la habitación para recibir al niño.
La hemorragia es una complicación de esta cirugÃa que debe ser atendida en forma inmediata por el cirujano. Si la hemorragia es severa, es posible que el niño deba regresar al quirófano.
A continuación se enumeran algunas de las instrucciones que usted podrÃa recibir para colaborar en el cuidado de su hijo:
aumento del consumo de lÃquidos;
administración de analgésicos recetados, y
prohibición de juegos intensos o violentos durante el tiempo recomendado por el cirujano.
Todo tipo de cirugÃa representa un riesgo para un niño. El niño puede sufrir hemorragias relacionadas con la cirugÃa dentro de las primeras dos semanas de la intervención y puede que requiera de una trasfusión o una cirugÃa. Algunos niños experimentan un cambio en el sonido de su voz debido a la intervención. A continuación se enumeran otras posibles complicaciones:
hemorragias. Pueden producirse durante la cirugÃa, inmediatamente después de ésta o en su casa.
deshidratación. debido a un menor consumo de lÃquidos. En caso de ser grave, puede que se necesite de la administración de lÃquidos por vÃa intravenosa o catéter en el hospital.
fiebre; y
dificultad para respirar. Si el área de la cirugÃa se hincha y no se trata en forma inmediata la vida del paciente puede estar en riesgo.
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