La microsomÃa hemifacial ("HFM", por sus siglas en inglés) es un trastorno en el cual el tejido de un lado de la cara no se desarrolla completamente, lo que afecta principalmente las áreas auditiva (oÃdo), oral (boca) y mandibular (maxilares). A veces, ambos lados de la cara pueden verse afectados y puede comprometerse el cráneo y la cara.
La microsomÃa hemifacial también se conoce como sÃndrome de Goldenhar, sÃndrome del arco branquial, sÃndrome facio-aurÃculo-vertebral, espectro óculo-aurÃculo-vertebral o displasia facial lateral.
La deformidad en la microsomÃa hemifacial varÃa en gran medida según la gravedad y el área de la cara que se encuentra comprometida. El trastorno varÃa entre leve y grave. En los casos más graves, las siguientes estructuras no se desarrollan por completo:
el oÃdo externo y el oÃdo medio;
un lado del cráneo;
el espesor del tejido de las mejillas;
los maxilares superior e inferior;
los dientes;
algunos de los nervios que permiten el movimiento facial.
En los casos más leves, solamente algunas de estas estructuras resultan afectadas, y en menor grado.
Por lo general, la microsomÃa hemifacial ocurre esporádicamente (al azar), pero se cree que en algunas familias es hereditaria. Esto se debe a la gran cantidad de casos familiares (casos que ocurren más de una vez en una familia) informados. Se han observado los siguientes patrones de herencia:
Autosómico dominante. Autosómico dominante significa que es necesario un gen para que el trastorno se manifieste y el gen se transmite del padre o la madre al hijo con un riesgo del 50 por ciento en cada embarazo. Afecta a ambos sexos por igual y hay una gran variabilidad de manifestación del gen. En otras palabras, es posible que el padre o la madre no sepan que tienen un signo muy leve de microsomÃa hemifacial, por ejemplo, turgencia preauricular (turgencias cutáneas en el oÃdo), pero el niño se verá afectado en un grado mayor. Es posible que la familia no acuda al genetista sino hasta el nacimiento del bebé con un trastorno más grave. Por lo general, es en ese momento cuando se descubren otros familiares con una manifestación leve del gen, hecho que confirma la herencia autosómica dominante.
Recesivo autosómico. Recesivo autosómico significa que son necesarias dos copias del gen para que el trastorno se manifieste, una heredada de cada uno de los padres, que son portadores. Si ambos padres son portadores, tienen una probabilidad de 1 en 4, o del 25 por ciento, en cada embarazo de tener un hijo con microsomÃa hemifacial. Afecta a ambos sexos por igual.
Multifactorial. Multifactorial significa que hay muchos factores involucrados en la aparición del defecto congénito. Estos factores generalmente son genéticos y ambientales. A menudo, uno de los sexos (masculino o femenino) se ve afectado con mayor frecuencia que el otro en lo que concierne a los rasgos multifactoriales. Parece haber un "umbral de manifestación" diferente, lo que significa que un sexo tiene mayor probabilidad que el otro de manifestar el problema. La probabilidad de tener microsomÃa hemifacial es levemente mayor en el sexo masculino que en el sexo femenino.
Las observaciones realizadas en familias que tienen un hijo con microsomÃa hemifacial demuestran que la probabilidad general de tener otro hijo con este trastorno es de alrededor del 2 al 3 por ciento, a menos que haya un patrón claro de herencia genética, en cuyo caso el riesgo puede ser mayor. Los padres y otros familiares deben someterse a una evaluación completa para aportar información más precisa sobre la recurrencia del trastorno. Además, a veces se detecta microsomÃa hemifacial en niños con varios tipos de anomalÃas cromosómicas. Los cromosomas son las estructuras de las células que transportan los genes. Los genes determinan los rasgos, por ejemplo, el tipo de sangre y el color de ojos. A diferencia de las anomalÃas genéticas que se transmiten del padre o de la madre al hijo en un cromosoma de otro modo normal, por lo general, las anomalÃas cromosómicas ocurren al azar.
Uno de los problemas más evidentes de la microsomÃa hemifacial es el subdesarrollo de los maxilares superior e inferior en el lado afectado. Puede parecer que la boca de su hijo está inclinada hacia arriba en el lado comprometido. A menudo, la frente y la mejilla están aplanadas en el lado afectado y la órbita (cavidad ocular) es más pequeña de lo normal.
Las otras áreas de la cara de su hijo que pueden verse afectadas por la microsomÃa hemifacial incluyen las siguientes:
La plenitud de las mejillas de su hijo puede ser desigual (asimétrica) debido al subdesarrollo del tejido graso y muscular. Es posible que algunas partes de la cara no se muevan normalmente, lo que puede ocasionar una sonrisa "torcida".
Existe una amplia variedad de anomalÃas del oÃdo relacionadas con la HFM. Su hijo puede tener una leve malformación en el oÃdo o incluso la ausencia casi total del oÃdo externo (atresia). También es posible que se produzcan pequeñas turgencias cutáneas delante de los oÃdos.
Ocasionalmente, se ve afectado el sistema nervioso central, lo que causa que algunas partes de la cara no se muevan simétricamente (por igual).
Por lo general, la HFM se diagnostica luego del análisis de la historia clÃnica y un examen fÃsico completo realizado por un genetista. No existen análisis de sangre para diagnosticar esta anomalÃa. Dado que el espectro de gravedad es muy amplio, al diagnóstico lo debe realizar un genetista experimentado y capacitado en el diagnóstico de anomalÃas craneofaciales. También es posible que se soliciten tomografÃas computadas y radiografÃas de la cara para obtener un diagnóstico preciso.
Las pruebas de diagnóstico que pueden realizarse para confirmar el diagnóstico de microsomÃa hemifacial incluyen las siguientes:
RadiografÃa de la cabeza. Es una prueba de diagnóstico que utiliza rayos de energÃa electromagnética invisibles para generar imágenes de los tejidos internos y los huesos de la cabeza en una placa radiográfica.
TomografÃa computarizada (también denominada TC o TAC). Es un procedimiento de diagnóstico por imágenes que utiliza una combinación de rayos X y tecnologÃa informática para producir imágenes horizontales o axiales (a menudo denominadas "planos") de la cabeza. Una TC muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, como huesos, músculos, grasa y órganos. Las TC son más exactas que las radiografÃas comunes.
El tratamiento especÃfico de la HFM es extremadamente variable debido a la gran cantidad de diferencias que existen entre los tipos de HFM. Si se sospecha que un niño puede llegar a tener HFM, un equipo especializado en anomalÃas craneofaciales debe evaluarlo. Cada uno de estos especialistas propondrá un plan de tratamiento de acuerdo con la gravedad de los resultados fÃsicos especÃficos de su hijo.
Después de una evaluación de diagnóstico y una reunión con un equipo especializado en anomalÃas craneofaciales, se pueden analizar las siguientes opciones de tratamiento:
En el caso de subdesarrollo grave del maxilar inferior, puede recomendarse la reconstrucción mediante un injerto óseo tomado de las costillas.
Otra posibilidad para prolongar el maxilar (mandÃbula) subdesarrollado serÃa colocar un dispositivo en la mandÃbula para la distracción ósea. Esta técnica evita la necesidad de recurrir a los injertos óseos.
El oÃdo externo generalmente se reconstruye entre los 6 y 8 años de edad. Este es un proceso de múltiples etapas con varios meses entre cada cirugÃa.
Cuando el niño es adolescente, es posible que sea necesario realizar otra cirugÃa del tejido blando de la mejilla para aumentar la simetrÃa, o posiblemente, una cirugÃa maxilar.
Dado que la microsomÃa hemifacial involucra tantas áreas del cuerpo, son necesarios muchos especialistas, incluidos los siguientes:
El cirujano craneofacial realiza la cirugÃa maxilar y la reconstrucción del oÃdo.
El genetista asesora al paciente y a la familia acerca de los riesgos de recurrencia de la microsomÃa hemifacial.
El enfermero coordinador actúa como intermediario entre la familia y los diversos especialistas, y participa en el asesoramiento del paciente.
El oftalmólogo evalúa la visión y los movimientos oculares.
El ortodoncista realiza un seguimiento del crecimiento maxilar y la alineación de los dientes y ayuda al cirujano para obtener un resultado óptimo de la cirugÃa maxilar.
El otorrinolaringólogo evalúa las anomalÃas auditivas y coordina la cirugÃa de oÃdo medio o la colocación de audÃfonos, en caso de ser necesario.
El terapeuta del habla evalúa el desarrollo del habla y coordina la terapia del habla, en caso de ser necesario.
El trabajador social ayuda a la familia a obtener recursos y derivaciones en su comunidad.
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